Otro Blog
El primero fue a instancias de un amigo, el segundo, terquedad, los subsiguientes, nostalgia. Éste es distinto. Podría llamarlo de cualquier otra forma, el mercado de jamaica, por ejemplo, me atrajo durante unos quince segundos (mucho tiempo según los cánones del tiempo real que vive uno en la red), también, bombones de chocolate con vainilla, o tres tristes tigres que no salen de su casa.
El punto es que escribo porque estoy a punto de llegar al cuarto de siglo. En agosto, para ser precisos. Otro más.
Agosto es un mes huevón. Hace calor y dan ganas de estar en la playa, cultivando lo que alguien llamaría la ociosidad contemplativa. Uno piensa en lluvias que no molestan y en soles que calientan más que quemar. Además, es un mes de fiesta, de fertilidad. Es un mes, pues eso, agosto, augusto, generoso, anaranjado, y por lo tanto, rojo y amarillo. Aunque también morado, no sé bien porqué.
Publicar en un blog es un arma de dos filos, uno siente que está dejando las entrañas en él y resulta que nadie lo lee, y si alguien lo lee, uno nunca se entera, por otro lado, puede ser que uno simplemente haya escrito por ocioso y por la simple razón de que tiene mucho tiempo libre y pocas ideas reales, y resulta que alguien más lo lee, lo publica como algo propio y se gane el nóbel (bueno, quizá no es para tanto, pero es para que entiendan el punto). Con lo que llego al siguiente item, ¿porqué uno escribe como si pensara ya, a priori, en el hipotético lector? Es decir, uno podría escribirse a sí mismo, que es, creo yo, el principal lector de la mayoría de los blogs, pero no, uno le habla a alguien que está del otro lado (¿de qué?) en una computadora a unos metros o a miles de kilómetros, y le habla siempre de tú, y hasta lo insulta...
No quería escribir todo lo que acabo de escribir, de hecho, mi intención era escribir otras cosas, no reflexiones de banqueta acerca de lo que es o no, o puede ser, o no, un blog, pero una de mis reglas para este blog es no autocensurarme, por más idiota que sea lo que ya haya escrito... hay más reglas, que apenas se están gestando en mi cabeza, y otras que seguro se me ocurrirán, cada día me impondré una nueva regla, que seguiré al pie de la letra, así, poco a poco se seguirán acotando los contenidos, siempre en función del fin primero de este blog, que es ser una especie de válvula de escape para todas las historias que se me han ocurrido en la vida, o que me han sucedido, o que creo que me han sucedido, o que soñé que me sucedieron y luego sí pasó, o no, pero quisiera que pasaran... en fin, que será un blog de historias y letras (regla más importante) será un blog de fertilidad (quiero tener un hijo), será un blog que se irá muriendo solo, esta vez prometo que no lo mataré... vale y hasta mañana
ah, cuando finalmente, después de tantas reglas, no pueda escribir mas que una sola letra o, en el mejor de los casos una palabra, alcanzaré la iluminación...
El punto es que escribo porque estoy a punto de llegar al cuarto de siglo. En agosto, para ser precisos. Otro más.
Agosto es un mes huevón. Hace calor y dan ganas de estar en la playa, cultivando lo que alguien llamaría la ociosidad contemplativa. Uno piensa en lluvias que no molestan y en soles que calientan más que quemar. Además, es un mes de fiesta, de fertilidad. Es un mes, pues eso, agosto, augusto, generoso, anaranjado, y por lo tanto, rojo y amarillo. Aunque también morado, no sé bien porqué.
Publicar en un blog es un arma de dos filos, uno siente que está dejando las entrañas en él y resulta que nadie lo lee, y si alguien lo lee, uno nunca se entera, por otro lado, puede ser que uno simplemente haya escrito por ocioso y por la simple razón de que tiene mucho tiempo libre y pocas ideas reales, y resulta que alguien más lo lee, lo publica como algo propio y se gane el nóbel (bueno, quizá no es para tanto, pero es para que entiendan el punto). Con lo que llego al siguiente item, ¿porqué uno escribe como si pensara ya, a priori, en el hipotético lector? Es decir, uno podría escribirse a sí mismo, que es, creo yo, el principal lector de la mayoría de los blogs, pero no, uno le habla a alguien que está del otro lado (¿de qué?) en una computadora a unos metros o a miles de kilómetros, y le habla siempre de tú, y hasta lo insulta...
No quería escribir todo lo que acabo de escribir, de hecho, mi intención era escribir otras cosas, no reflexiones de banqueta acerca de lo que es o no, o puede ser, o no, un blog, pero una de mis reglas para este blog es no autocensurarme, por más idiota que sea lo que ya haya escrito... hay más reglas, que apenas se están gestando en mi cabeza, y otras que seguro se me ocurrirán, cada día me impondré una nueva regla, que seguiré al pie de la letra, así, poco a poco se seguirán acotando los contenidos, siempre en función del fin primero de este blog, que es ser una especie de válvula de escape para todas las historias que se me han ocurrido en la vida, o que me han sucedido, o que creo que me han sucedido, o que soñé que me sucedieron y luego sí pasó, o no, pero quisiera que pasaran... en fin, que será un blog de historias y letras (regla más importante) será un blog de fertilidad (quiero tener un hijo), será un blog que se irá muriendo solo, esta vez prometo que no lo mataré... vale y hasta mañana
ah, cuando finalmente, después de tantas reglas, no pueda escribir mas que una sola letra o, en el mejor de los casos una palabra, alcanzaré la iluminación...
2 Comments:
te quice poner una foto
de nuestras drunkeces aki, pero
no me dejo..
Así ke te pongo este mnsj solo
para decirte ke sea el 1o, 4o o 7o
nunca dejes de escribir como hasta ahora, siempre creciendo en tu estilo, en tus temas, en tu FORMA,
nunca dejes de vaciar en tus textos la esencia única que te caracteriza, nunca dejes que ese talento que tienes para escribir se vaya y nos prive de sentirte a cada palabra.
T Quiero Muchísimo.
Gisselle
Buscando algo diferente que leer en internet, encontré este blog, al navegar por sus textos algo familiar saltó a mi memoria, continué leyendo un fragmento aquí y otro allá, textos lo mismo en un perfecto ingles que en español, después de un rato recordé, que hace muchos años estuve en contacto con el mismo sello en la escritura que encuentro ahora, había leído un breve cuento publicado en la Revista Tropo a la Uña, la casa del escritor de Cancún... me da gusto volver a leerte y encontrarte en un clic de ratón en este universo del internet. En fin siempre un placer... Carlos
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