Saturday, December 31, 2005

camino

Miro un camino de tierra anaranjada enmarcado por la axila de una adolescente morena y el perfil de un hombre viejo que le mira los pechos insinuados debajo de la blusa.
El viento suena en mi oído izquierdo y el sol me da de frente. El movimiento de la camioneta se convierte en un murmullo. Los senderos largos y rectos me dan la impresión de una inmovilidad espiral.
Por las tardes hay siempre un momento triste para el que viaja. Un momento ominoso de recogimiento casi religioso que le es imposible compartir al que trae sus pertenecias en la espalda. Incluso los animales lo conocen: regresan a sus guaridas, a sus fuegos-lares-dioses. Es el momento del beso vespertino: pero no para aquel que no tiene umbral a donde volver.

Sunday, December 11, 2005

Mañana de domingo

El café se enfría en la ventana.
La carta que llegó, informando la muerte de mi madre --lejos, humillantemente lejos-- me llena de rabia.
La mujer de la que habla me llevó dentro suyo y me amamantó.
¿Qué significa eso?
¿Cuáles habrán sido sus razones?
¿Hubo alguna sombra en sus ojos cuando conoció mi existencia?
Siento una sensación abalanzarse sobre mí. La miro extrañado, como un gato que te observa desde arriba del refrigerador.
Iré al entierro. Buscaré sus ojos, ahora cerrados. Los miraré largamente. Y me iré sin decir una palabra.

Thursday, December 08, 2005

Alucinaciones

Ayer creí verte en mi cama.
Agonizabas, pero estabas a mi lado. Por no perder el espejismo, me di la vuelta y volví a encontrarte en mi sueño: a punto de abrirte las venas.

Uña de león

Si grabaras sobre mi piel con los cabellos de tu nuca, erizados cuando tocan tus labios mis pezones, quedaría en mi cuerpo una marca como la que hacen las serpientes sobre las dunas en el desierto: perenne y fugaz.
Si un día intentaras, a fuerza de presionar tu cuerpo contra el mío, dejar un registro de las palpitaciones de tu corazón cuando me abrazas y me tomas de la mano, o me miras, o no, o te sonríes y piensas que el día es bello, y tu gato nos mira con los ojos entornados, y con paciencia nos explica que somos demasiado torpes para poseer el mundo, la impronta sería similar a un cuadro brumoso y triste.