María se pone en cuatro patas. Abre enormes sus ojos de por sí grandes, y comienza a llorar, Eric ya no se asusta, pero ha aprendido a callar, e intentar conciliar el sueño. Le da miedo la mirada perdida de María que mira al abismo de sus pesadillas, como si también pudiera mirar dentro de las de él. Se da la vuelta en la cama, se tapa la cabeza y alcanza a escuchar los suaves sollozos de María, parece -a él le parece- un animal pequeño y perdido, un cachorro de algo peligroso. A veces parece que la mujer aúlla, o que jadea, entonces a Eric le da màs miedo, y quisiera salir corriendo, pero sabe lo que pasarà, ella se despertarà gritando, aterrada, y lo atacarà como si èl fuera el demonio que la hace levantarse algunas noches y llorar dormida, con los ojos abiertos. |
0 Comments:
Post a Comment
<< Home