Tuesday, November 08, 2005

Río

J se levantó hace unos minutos, y la persistente nube de mosquitos se quedó esperando su regreso. Sus palabras exactas no las recuerdo; pero la conversación no debió ser agradable, porque al levantarse, la luna hacía brillar sus mejillas húmedas y saladas. Sentí un dolor agudo en el pecho, como si el corazón se me encogiese hasta casi desaparecer, al pensar en lo mucho que me gusta el sabor de sus lágrimas, tan parecido al de su sexo adolescente.

"Todo fue un error", y fue entonces que supe que me estaba mintiendo, ¿cómo pudo ella saberlo antes que yo? ¿cómo pudo expresarlo tan bien desde su dulce boca de 16 años? Me estuvo mintiendo.

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