Tuesday, June 20, 2006

Citas

Hay citas que uno hace a sabiendas de que no asistirá, incluso mira a los ojos de la persona citada, y arquea un poco las cejas, como diciendo, hombre, yo nunca rompo una promesa. Pero todos lo hacemos. Y sabemos que la otra persona se quedará esperando, con un libro sudado en una mano, y una carta en la otra.
En cambio, cuando alguien no llega a la cita, uno empieza a entender que nunca debió haber accedido, que era evidente que el otro mentía. Uno siempre sabe quién está mintiendo, lo malo es que generalmente la iluminación llega demasiado tarde.