La playa, la montaña, la niebla
Cuánto tiempo...
Acabo de volver de esos tres lugares; vuelvo, como casi siempre uno vuelve de los viajes, renovada.
Tengo en la palma de la mano derecha una diminuta llaga que sólo conoce otra palma, otra piel, una sola otra. ¿Porqué insistimos en dejar que sólo otra piel nos reconozca? Quizá sea que pertenecer a dos pieles sea como pertenecer a dos mundos, a dos atmósferas distintas.
Como sea, a mí me parece que reconocer un aroma, una voz, basta para ser feliz.
Las manos del hombre al que amo crean y recrean sus obras en mi piel.
Somos uno en la mirada. Quién lo dijera, he vuelto a creer en el amor.
El hombre al que amo pinta cuadros inmensos y tristes, con una cualidad profunda y melancólica. ¿Qué se puede decir de ellos? ¿Con qué palabras se describe una belleza que hace brotar las lágrimas?
Vuelvo de viaje nueva y radiante. Me despierto en un avión gris, sobrevolando una ciudad triste, pero soy feliz.
La playa, la montaña, la niebla, se me metieron entre las costillas... volveré pronto, de su mano, y le pediré que me enseñe a mirar desde donde mira su alma.
www.ahatza.com
Acabo de volver de esos tres lugares; vuelvo, como casi siempre uno vuelve de los viajes, renovada.
Tengo en la palma de la mano derecha una diminuta llaga que sólo conoce otra palma, otra piel, una sola otra. ¿Porqué insistimos en dejar que sólo otra piel nos reconozca? Quizá sea que pertenecer a dos pieles sea como pertenecer a dos mundos, a dos atmósferas distintas.
Como sea, a mí me parece que reconocer un aroma, una voz, basta para ser feliz.
Las manos del hombre al que amo crean y recrean sus obras en mi piel.
Somos uno en la mirada. Quién lo dijera, he vuelto a creer en el amor.
El hombre al que amo pinta cuadros inmensos y tristes, con una cualidad profunda y melancólica. ¿Qué se puede decir de ellos? ¿Con qué palabras se describe una belleza que hace brotar las lágrimas?
Vuelvo de viaje nueva y radiante. Me despierto en un avión gris, sobrevolando una ciudad triste, pero soy feliz.
La playa, la montaña, la niebla, se me metieron entre las costillas... volveré pronto, de su mano, y le pediré que me enseñe a mirar desde donde mira su alma.
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Labels: viaje
4 Comments:
Qué bonito relato de viaje. Me encanta este tono tuyo. Es el que busco quando te leo.
Qué bonito relato de viaje. Me encanta este tono tuyo. Es el que busco quando te leo.
Gracias por el comentario... me cuesta trabajo encontrar ese tono sencillo, íntimo.
Me dí una vuelta a tu blog, lindo poema...
EFG!
Que hermosa manera de amar a tu media naranja...
Tienes una manera de plasmar tu sentir...
me encantó
Saludos
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